- jueves, 24 de septiembre de 2009 ]
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Esta técnica para revitalizar la actividad comercial es sumamente interesante, aunque le veo sus lagunas para el pequeño comercio, básicamente la ausencia de un número adecuado de trabajadores, pero sí es un nuevo formato bastante divertido de arrancar una sonrisa a los hipotéticos compradores en los centros comerciales, ya sean abiertos o cerrados.


El humor y el estado de ánimo es un factor determinante a la hora de decidir si nos gastamos un euro o no lo gastamos. Si por un momento somos capaces de hacer desconectar al cliente de sus problemas cotidianos, de su rutina diaria y del chip de crisis que se coloca por la mañana y desconecta por la noche, podemos mejorar nuestros resultados, ya sea bailando o con otros métodos.



Por ejemplo, coloquemos en nuestra empresa fotos simpáticas, imágenes graciosas… se acompañan de un texto inteligente y ya tenemos al menos una sonrisa o una distracción previa. No está de más tampoco, si tenemos salas de espera o lugares donde nuestros clientes tengan que pasar un determinado tiempo, que les invitemos a un mero café, les coloquemos cualquier recurso audiovisual, abramos una conexión wifi o porqué no, una mera Wii les puede hacer pasar un buen rato.

Invertir en la calidad y calidez de nuestras instalaciones genera que nuestros clientes se sientan mejor y de buen humor en nuestras instalaciones. Y si de paso conseguimos una sonrisa, es mucho más probable que nos compren más y que miren menos los precios. Aunque claro, ponernos a bailar el “Mama mía” no lo termino de encajar en muchas empresas, aunque nunca se sabe.

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