- lunes, 13 de octubre de 2008 ]
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"La gente con una tendencia natural a la nostalgia tiene una alta autoestima y es menos propensa a sufrir de depresión"

Últimamente estamos frente a una ola de moda retro que se ve reflejada en diferentes disciplinas artísticas (moda, publicidad, programas de televisión, etc.). Es a tal extremo la nostalgia que sentimos frente a lo pasado que incluso vuelven al mercado con mayor furor productos como las bolsitas de jugo congelado, de manjar, imitaciones de juegos de Atari, el brillo para labios en forma de frutilla, adornos para la casa que parecen herencias de la abuela o los ya ultra vistos jeans de colores, zapatillas north star, pantalones pitillos, entre otros.
Muchos estudios plantean que estas “modas retros” tienen tanto poder porque las personas quedamos fijadas a las cosas y a las experiencias que iniciaron el camino de nuestra sensibilidad. . La moda retro es un modo de recordar cierta frescura propia, cierta ingenuidad, que las elaboraciones más complejas que han surgido en el tiempo impiden. Cuando la persona maduró y logró crear un poder presente, la moda retro no es tan interesante, tal vez es un momento de diversión y nada más. Cuando la persona no pudo arrancar, seguir adelante con su proceso de crecimiento, la moda retro es un refugio imprescindible.

Sin embargo, no solo estamos en busca del pasado que supuestamente fue mejor consumiendo en masas este tipo de productos que estaban guardados en el baúl de los recuerdos. También es posible ver como todos, en mayor o menor medida sufrimos a diario la nostalgia de los recuerdos que nos invaden al pensar en nuestra infancia o adolescencia.
Tales reminiscencias podrían resultar más saludables de lo que creemos. Pese al sabor agridulce de la nostalgia - y al consejo que numerosas veces escuchamos de vivir el momento -
estudios recientes plantean que el recordar esos momentos agradables que vivimos, puede mejorar significativamente el estado de ánimo.
Según el estudio de varios investigadores de la Universidad de Southampton en el Reino Unido es posible dilucidar que la nostalgia en las condiciones adecuadas es un factor de estímulo del estado de ánimo y dado que los recuerdos a menudo involucran a personas importantes en nuestras vidas, estos pueden darnos un reconfortante sentido de pertenencia. Dichos estudios también sugieren que las personas que escriben sobre una experiencia nostálgica se muestran mas alegres después de haber realizado el ejercicio. Además se observó que todos quienes realizaron el ejercicio, escribiendo en su mayoría buenos recuerdos dicen tener una autoestima más alta y sentirse mas positiva al interactuar con sus cercanos.
Otro estudio perteneciente al Journal of Personality and Social Psychology encontró que quienes revivieron sus momentos de mayor felicidad en su mente, experimentaron posteriormente una mayor sensación de bienestar que el grupo que escribió los recuerdos, mostrando justamente lo contrario que se observa cuando la gente procesa acontecimientos desagradables de su vida.
Lo anterior tiene su base en que al procesar recuerdos en la mente se revive de alguna manera el momento, ya sea agradable o traumático. Por lo que rumiar esos hechos del pasado hace que la persona reviva el trauma, mientras que analizarlos a través de la escritura ayuda a superar dichos traumas.
Por último, la recomendación para que el rememorar buenos tiempos no provoque emociones dolorosas es poder conectar el pasado con el presente; es decir, usar el recuerdo positivo como parte de un ciclo que también incluye saborear el presente y mirar con expectativas el futuro.

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